Mi vida en las Tierras Altas de Soria

A cerca del libro: Hipólito Lafuente consiguió convertir Mi vida en Tierras Altas de Soria en algo más que una memoria personal. Aunque nacido en Navalsaz, cera de la raya con Soria, el autor pasó casi toda su vida en los pueblos a este otro lado, Montaves, La Ventosa, Bretún y, sobretodo, Huérteles y Vizmanos, fueron escenarios en los que discurrió su dilatada experiencia. Historia colectiva es, efectivamente, este conjunto de vivencias que el autor ofrece y que escribió día a día durante tres meses de 1970, en la soledad de su vejez, confiando que la palabra guardaría lo que el tiempo destruye. Y lo que estaba destruyendo a marchas forzadas, a principios de los setenta, era una forma de vida que se llevaba por delante la gente a las ciudades. El resultado para la tierra de Soria fue que sus pueblos acabaron en el destierro.

Sin faltarle el candor de cierta ingenuidad, Hipólito Lafuente, ofrece un relato desnudo y fiel de un modo de vida que él conoció durante 80 años. Las costumbres, las relaciones sociales, la escala de valores, en definitiva, las formas de hacer en las tierras altas de Soria, donde campaba la merina paralela a la lucha de sus gentes por sobrevivir, aparecen retratadas a lo largo de toda la obra. Y la acaba con el lamento doloroso que retrata una realidad bien negra: «¡Adiós, Navalsaz!» –escribe–. «Tristeza grande es ver un pueblo abandonado y, dentro de poco tiempo, destruido. Es posible que no te vuelva a ver».